Este es el panorama mundial del litio en el que Bolivia buscará ser protagonista

por Elías López

No cabe duda que la industria mundial de la energía vive una fiebre del litio. La alta demanda por este mineral hizo que su precio en el mercado internacional se dispare un 442,8% en el 2021 y 72,5% en el 2022.

La necesidad que tienen los países de disminuir la contaminación ambiental con la reducción y hasta eliminación de vehículos a gasolina, ocasiona que las ventas de coches eléctricos (que utilizan baterías de litio) aumenten anualmente en el mundo y, por consiguiente, los fabricantes de baterías estén cada vez más ávidos por el metal blanco.

Es por ello que Bolivia busca aprovechar este momento no solamente para producir la materia prima, sino para ser protagonista con la elaboración de cátodos y baterías.

Pero ¿cuál es la situación actual de la oferta de litio y las previsiones para los próximos años? ¿Cuántos países producen actualmente el ‘oro blanco’ y qué espacio le queda a Bolivia?

Lo primero que se debe señalar es que son pocos los países y empresas que producen litio a gran escala.

Datos hasta el 2021, muestran que Australia fue el mayor productor mundial con 55.000 toneladas, seguido de Chile con 26.000 toneladas, China con 14.000 toneladas y Argentina con 6.200 toneladas. Estos cuatro países concentran -de momento- el 95% de la producción mundial del ‘oro blanco’.

El resto de los países productores están por debajo de las 1.500 toneladas y, con excepción de Bolivia y Norteamérica, sus perspectivas de crecimiento no son significativas.

Expertos internacionales coinciden en que la demanda mundial de litio aumentará al menos un 20% cada año, por lo que las oportunidades para los países y empresas productoras son inmejorables.

Actualmente, el precio del metal blanco se encuentra en alrededor de $us 70.000 la tonelada. Según Víctor Delbuono, economista argentino especializado en minería y energía, tanto Chile, como Australia y Argentina tienen previsto incrementar su producción en el 2023 y en los siguientes años, por lo que es probable que el precio baje un poco.

“El mercado del litio todavía es chico a nivel mundial, tiene entre 500.000 y 600.000 toneladas (el cobre tiene 22 millones de toneladas) y la incidencia de un proyecto es significativa”, apuntó en un artículo publicado por Ecojournal.

A continuación, se detalla la situación en la que se encuentran los principales productores de litio en el mundo, sus planes y desafíos.

Chile creará una empresa de litio

El país vecino es actualmente el mayor productor de litio de la región y el segundo más importante del mundo. La totalidad de su producción proviene del salar de Atacama (norte de Chile), aunque también se desarrollan planes para el salar de Maricunga.

SQM y Albermarle son las dos principales empresas productoras de este país las cuales son privadas y cuentan con Contratos Especiales de Operación del Litio (CEOL). El año pasado se anunció una mayor participación estatal en esta industria, con la creación de la Empresa Nacional del Litio que deberá materializarse en este 2023.

Chile busca aprovechar el boom del litio y para ello prevé entregar más CEOL para explotar en los salares de Atacama, Maricunga y otros. Sin embargo, su principal desafío es ambiental ya que el mineral se encuentra en depósitos de salmueras, tal cual como en Bolivia y en Argentina.

Al utilizar las piscinas de evaporación para obtener el litio, se desperdicia agua que tanto hace falta en el desierto de Atacama, por lo que las empresas están buscando optimizar este método con nuevas técnicas, al igual que exploran otras alternativas como la Extracción Directa de Litio (EDL).

Argentina busca producir baterías

Si bien cada yacimiento de litio es distinto, los desafíos ambientales son similares para los que utilizan el método de piscinas de evaporación como el caso de Argentina. Este país monitorea constantemente sus proyectos y realiza investigaciones para minimizar el desperdicio de agua.

Hasta el 2022, este país tenía dos proyectos produciendo litio en las provincias de Catamarca y Jujuy. Según la Secretaría de Energía de este país, para el 2023 y 2024 podrían sumarse a la producción comercial al menos tres desarrollos más. Con ello, las exportaciones de litio podrían crecer de $us 200 millones en el 2021 a más de $us 4.000 millones en el 2026.

Al igual que Bolivia, Argentina está interesada en dar un salto en la elaboración de baterías de litio. Por ello, han puesto en marcha la primera Planta Nacional de Desarrollo Tecnológico de Celdas y Baterías de Litio (UniLiB), que se encuentra en la ciudad de La Plata.

Este complejo desarrollará baterías de litio para electromovilidad y para la construcción de paneles solares que serán destinados a diferentes lugares como escuelas rurales.

Australia quiere mantener el liderato

Al ser el actual líder mundial en la producción de litio, Australia busca mantener este sitial ampliando y construyendo nuevas plantas. A diferencia de Sudamérica, este país no obtiene el mineral de depósitos de salmuera, sino de pegmatitas que están en roca dura a cielo abierto.

Su principal mina es la de Greenbushes que aporta el 40% de la producción total de litio en este país. El resto lo obtiene de otras cinco minas de roca dura que están principalmente en Australia Occidental.

Datos de la BBC señalan que hay otras dos minas en planificación en diversas etapas de desarrollo, además de avanzar hacia la refinación del hidróxido de litio.

China y su expansión mundial

A diferencia del resto de los países líderes en producción, China no necesita exportar el metal blanco, al contrario, lo consume y también compra de otras naciones para mantener operativa su maquinaria de producción de baterías de litio.

El gigante asiático es sede de CATL, la empresa más grande de baterías de litio que tiene casi un 40% de participación en el mercado global, además de ser socia de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) para la construcción de dos plantas EDL en Potosí y Oruro.

De acuerdo a la firma Abrdn citado por CincoDías, China fabrica alrededor del 56% de la provisión global de baterías de litio. Es por ello que este país, junto a sus empresas, ha desplegado multimillonarias inversiones en distintos lugares del mundo para asegurar el suministro para los siguientes años.

Producción de EEUU aún no despega

Pese a contar con la cuarta reserva de litio del mundo (10,3 millones de toneladas, según Bloomberg), en Estados Unidos solo hay una mina activa de este mineral que se encuentra en el estado de Nevada. De acuerdo a DW, esta apenas produce el 1% de la producción mundial.

El presidente Joe Biden ha aplicado incentivos para incrementar la producción nacional y superar la dependencia de países extranjeros, sobre todo de China quien le provee baterías y piezas de litio.

Sin embargo, ha tropezado con una fuerte oposición de comunidades locales que se sienten afectadas por el desarrollo de estos proyectos y afirman que son un proceso destructivo desde el punto de vista ecológico y cultural.

PERSPECTIVAS FAVORABLES PARA BOLIVIA

Tras la firma del convenio entre YLB y CATL para la construcción de dos plantas EDL en los salares de Uyuni (Potosí) y Coipasa (Oruro), Bolivia dio inicio a su modelo soberano del litio, el cual cuenta con perspectivas muy favorables para ser protagonista a nivel mundial.

El país cuenta con las mayores reservas del mundo con 21 millones de toneladas solo en Uyuni y está en proceso de certificación el resto de los salares.

Entre las principales ventajas de Bolivia están que la tecnología EDL que aplicará en sus proyectos serán muy útiles para superar los desafíos ambientales que tienen otros países, con respecto al excesivo consumo de agua y uso de químicos.

Otro aspecto favorable es que YLB formará parte de toda la cadena industrial del litio, desde la extracción de la materia prima hasta la elaboración de cátodos y baterías, lo cual maximizará los beneficios para el país por conceptos de impuestos, regalías, fuentes laborales y transferencia tecnológica.

Adicionalmente, no cabe duda que los ingresos que esta industria generará de aproximadamente $us 5.000 millones en el 2025, fortalecerán las arcas del Estado para ayudar a más familias a salir de la pobreza y propiciar un progreso sostenible.

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