La FIA y la Fórmula 1 están atravesando una guerra fría, y la FIA acaba de dar el último golpe. Pese a que Liberty Media y los equipos se oponían a ello, ha abierto el procedimiento para otorgar dos nuevas plazas en la Fórmula 1, y expandir el número de equipos hasta doce.
Una maniobra que puede tener efectos colaterales no esperados. La entrada de dos equipos nuevos se podría llevar por delante a alguno de los que ya están, y todas las miradas apuntan a Williams. De momento, parece que su venta millonaria a Porsche se ha caído por el camino.
La posible entrada de Cadillac en la Fórmula 1 fue recibida con una inesperada frialdad por parte de Liberty Media y el resto de equipos.
Los equipos tenían una buena razón para rechazar la entrada de Cadillac, la económica. Con una estructura más en la Fórmula 1 el reparto de los beneficios sería entre un equipo más, y eso es algo que ni los 200 millones de dólares que Cadillac pagaría de entrada pueden compensar.
Cadillac solo tenía un apoyo para entrar en la Fórmula 1, el de la FIA.
Si con once equipos en la parrilla los que ya están iban a perder, con doce los números directamente serán dramáticos para más de uno. Es evidente que una de las dos plazas será para Cadillac, pero el hecho de que ahora exista otra plaza vacante ha podido fastidiar más de un negocio millonario. Y llevar a Williams a la quiebra.
Williams estaba en negociaciones avanzadas con Porsche y ahora parece que se han roto por completo. La propia Porsche ha confirmado que no hay negociaciones con Williams, y es que existiendo una plaza libre de la FIA, sale mucho más barato posicionarse para aspirar a ella que comprar otra estructura.
Lo que está claro es que para un equipo como Williams, cuyo principal valor es tener una de las diez plazas de la Fórmula 1, la entrada de dos equipos más puede ser letal. Podemos estar ante los últimos coletazos de una leyenda en la Fórmula 1.
