Lewis Hamilton anima a Mercedes a buscar la recuperación de su rendimiento frente a Red Bull de cara a 2024. Sin embargo, hará falta una hazaña titánica. Desde hace dos años, Mercedes no tiene un monoplaza capaz de luchar por ganar grandes premios o títulos. Los W13 y W14 fueron y son monoplazas atrevidos y tozudos, pero extremadamente desacertados si pensamos en lo que la escudería de Brackley consiguió recaudar desde 2014 hasta 2021.
“No tengo ni idea de cómo será el coche del año que viene. Pero sí sé que estamos muy, muy lejos [de Red Bull]. Tenemos que esperar que los próximos seis meses sean los mayores seis meses de desarrollo que hayamos hecho nunca para cerrar la brecha y llamar a su puerta, poniéndonos a su nivel.”
Estas palabras no son una declaración de rendición. Al contrario. Hamilton también hizo hincapié en cómo un cambio de filosofía puede permitir cambios drásticos no sólo en la forma de un coche, sino también y sobre todo en el rendimiento, como ha demostrado McLaren este mismo año.
“Siempre lo doy todo, pero es duro en fines de semana tan complicados como el de Suzuka, especialmente donde el coche resultó difícil de manejar. Básicamente es exactamente igual que el año pasado. En cuanto a sensaciones, el coche es el mismo que en 2022. Rebota, desliza. Así que es duro teniendo en cuenta lo mucho que hemos trabajado para progresar y que no estamos más cerca de los líderes, al menos según lo que vimos en Japón”, concluyó Hamilton.
