Red Bull habría fallado la prueba de choque frontal de su nuevo monoplaza antes de Navidad después de aligerar hasta el límite el peso del RB20. Se espera que el equipo supere el contratiempo, pero el cierre de la fábrica impuesto por la FIA obliga a revisar los tiempos en torno al nuevo coche.
La noticia no deja de despertar una gran curiosidad en estos momentos en los que el parón de la FIA está en vigor y el personal de los equipos de F1 está de vacaciones y las fábricas cerradas hasta, al menos, principios del nuevo año. Se entiende que Red Bull Racing no ha superado la prueba de choque frontal con la primera carcasa del esperado RB20, el monoplaza que se supone que es una profunda evolución del extraordinario RB19 con el que Max Verstappen ganó su tercer Campeonato del Mundo de Pilotos y la escudería de Milton Keynes recogió el título de Constructores al cosechar 21 victorias en 22 grandes premios.
Red Bull, por tanto, no consiguió el sello de homologación de la Federación Internacional para la carrocería que quedó destrozada antes de Navidad en el crash test que tuvo lugar en Cranfield, donde todos los equipos británicos someten a sus nuevos coches a pruebas dinámicas.
Está por ver si esta situación tendrá el efecto de frenar los planes de la escudería campeona del mundo, que habría fijado la presentación del coche en torno al 10 de febrero: la fecha exacta aún no se ha hecho oficial y podría estar condicionada por el resultado del crash test negativo.
