La Europa League entra en su fase más decisiva. Tras la disputa del play off, ya están en marcha los octavos de final. El primer turno de los duelos de ida se ha saldado con las cómodas victorias de Liverpool y AS Roma y el agónico empate del Bayer Leverkusen ante el Qarabag. Estos marcadores se suman al 1-1 que reflejó ayer el duelo entre Sporting de Portugal y Atalanta.
Liverpool se asoma a cuartos de final de la Europa League tras superar a domicilio al Sparta Praga en un partido marcado por la gran actuación del uruguayo Darwin Núñez, autor de dos soberbios golazos en la primera parte (minutos 25 y 48), y la mala puntería de un cuadro checo que, tras el 0-1, obra de Alexis Mac Allister de penalti (7′), gozó de varias oportunidades claras que no supo aprovechar.
No resulta extraño, de hecho, que el único gol local llegase tras una acción en la que fue Conor Bradley quien acabó metiendo el balón en su propia portería (46′). Fue un espejismo, porque casi acto seguido (53′), el colombiano Luis Díaz anotó el 1-4 y eliminó cualquier duda sobre el sino de un encuentro que, tras el último gol de Dominik Szoboszlai (94′), deja a los reds con pie y tres cuartos en la antepenúltima ronda del torneo.
Tampoco sufrió demasiado la Roma para sacar medio billete para la siguiente ronda. El Brighton mostró cierta oposición en el arranque del duelo, pero se fue derrumbando poco a poco por culpa de una flojera defensiva que facilitó los goles de Paulo Dybala (12′) y Romelu Lukaku (43′) en el primer acto. En ambos, bastaron sendos balones en profundidad para desarmar a su zaga.
Por si quedaba alguna duda, superada la hora de juego, primero Gianluca Mancini (64) y después Bryan Cristante (68′) aprovecharon la desconexión de los seagulls para sumar dos nuevos tantos y dejar la eliminatoria casi finiquitada. Visto lo visto, mucho deberían mejorar los de Roberto de Zerbi para poder, al menos, meter el miedo en el cuerpo a los giallorossi.
Contra todo pronóstico, el Bayer Leverkusen estuvo a punto de perder su condición de invicto en el lugar más insospechado. Los germanos, que lideran con puño de hierro la Bundesliga, llegaron a perder por 2-0 ante el modesto Qarabag, conjunto que compitió a un excelente nivel y que firmó un fantástico primer tiempo en el que Yassine Benzia (26′) y Juninho (47′), con una definición de crack, plasmaron su incontestable dominio.
Como cabía esperar, los teutones reaccionaron tras el paso por vestuarios y, aunque los azerís en ningún caso dieron un paso atrás, lograron al fin recortar distancias en el 70, gracias a una genialidad del talentoso Florian Wirtz. Cuando el partido agonizaba (92′), y pese a no merecer el empate, Patrik Schick cabeceó un buen centro desde la derecha y permitió a los suyos mantener el currículum sin mancha alguna.
