El presidente Luis Arce Catacora y el vicepresidente David Choquehuanca enviaron sus condolencias al pueblo iraní por el fallecimiento del presidente de este país, Ebrahim Raisi, en un accidente en helicóptero tras un aterrizaje de emergencia durante la jornada del domingo.
Según datos oficiales recogidos por EFE, en el accidente también fallecieron el gobernador de Azerbaiyán Oriental, Malik Rahmati, el líder de los rezos de los viernes de la ciudad de Tabriz, Mohammad-Ali Al-Hashem, además de dos pilotos de la aeronave, un asistente de vuelo, el jefe de seguridad presidencial y un guardia.
“Con profunda tristeza recibimos la noticia del fallecimiento del presidente de Irán, Ebrahim Raisi, en el trágico accidente aéreo junto a su comitiva, en la que también se encontraba el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amir-Abdollahian”, dijo Arce a través de sus redes sociales.
La autoridad boliviana recordó que el 2 de marzo, en ocasión del Foro de Países Exportadores de Gas, realizado en Argelia, tuvo un encuentro con Raisi, quien ratificó su liderazgo y profundo compromiso con su pueblo.
“Mostraron su disposición a trabajar junto a Bolivia para fortalecer áreas vitales como salud, educación, agricultura, telecomunicaciones y más, lo cual valoramos infinitamente”, mencionó Arce.
Por ello, indicó que “desde Bolivia enviamos nuestras más sentidas condolencias al Líder Supremo Ayatolá Ali Khamenei, al Gobierno de Irán, al valiente pueblo iraní y a las familias de los fallecidos en estos momentos de profundo pesar. El pueblo boliviano está con ustedes en este difícil momento”.
Por su parte, Choquehuanca también lamentó el fallecimiento: “Enviamos nuestras condolencias al Líder Supremo Ali Jamenei, al Gobierno, a los familiares, y a todo el pueblo iraní”, dijo.
Las autoridades iraníes informaron que sus equipos de rescate encontraron este lunes los restos incendiados del helicóptero en el que viajaba Raisí y recuperaron los cuerpos, sin supervivientes.
Según el reporte de EFE, la aeronave realizó un “aterrizaje forzoso” en la zona montañosa de Varzeqan, en la provincia de Azerbaiyán Oriental, en medio de condiciones climatológicas muy adversas.
