Ha sido una ronda de octavos de final que ha tenido todo, desde goles en el último minuto rescatando a su país, actuaciones individuales y colectivas potentes, emoción hasta el final, tandas de penaltis con héroes y villanos, y un colofón final inmejorable, con un encuentro entre Austria y Turquía que pasa a formar parte de los partidos épicos que conforman las Eurocopas.
La gran decepción ha sido Italia, vigente campeona, que perdió con claridad ante Suiza (2-0) y se ha despedido del torneo antes de tiempo. Ha sido la única favorita en caer eliminada, si acaso añadiendo a Bélgica a la lista, ya en el epílogo de su generación dorada, claudicando ante Francia con un gol en propia puerta en los minutos finales.
Teniendo esto en cuenta, con tan solo ocho países restantes en la competición, el cuadro, caprichoso, ha reunido en una misma parte a los que podrían ser los cuatro grandes favoritos a estas alturas (sin olvidarnos de una Inglaterra a la que seguimos esperando). España se enfrentará a Alemania el viernes 5 de julio a las 12:00, unas horas antes de que Francia se mida a Portugal en un duelo apasionante (15:00), reedición de la final de 2016.
En la otra parte del cuadro el nivel puede que disminuya un poco, pero la emoción se mantiene intacta. Inglaterra se medirá a una Suiza que, con recursos más limitados, está dejando unas sensaciones inmejorables, y ya saben lo que es ganar a Italia y empatar con Alemania (con gol germano sobre la bocina). El duelo se jugará el sábado 6 de julio desde las 12:00.
Países Bajos y Turquía cerrarán los cuartos el sábado a las 15:00. Ambas selecciones dejaron un poco a deber en la fase de grupos, pero completaron fantásticos partidos en octavos, eliminando a Rumanía y Austria respectivamente, y se citan a las puertas de la gloria. Los neerlandeses no alcanzan la penúltima ronda de la competición desde hace 20 años, y los otomanos tan solo lo han logrado en una ocasión, en 2008. La emoción está asegurada mientras la pelota siga rodando.
